El rubí
Santa Hildegarda lo llama carbunclo y describe poéticamente su formación: «El carbunclo se desarrolla durante los eclipses de luna, cuando el sol vierte todas sus fuerzas en el firmamento. Por eso tiene el brillo del sol, que busca resucitar a la luna». (Physica, capítulo XIV).
Según ella, esta piedra tiene una gran fuerza y por eso debe utilizarse con moderación. Todas las piedras que ofrecemos se adaptan a los 4 usos que menciona Santa Hildegarda. Además de sus efectos sobre el cuerpo, dice que el rubí es útil para conservar la ropa.